Lecciones que he aprendido este verano

Playa de El Cabo de Gata. Foto de Laura Mateo. Una vez ya de vuelta de los días de descanso de este verano toca, como dije antes de irme, hacer balance de todo lo aprendido en estas fechas en las que, gracias a que baja un poco la actividad, puedes escucharte más y detenerte en temas que quizá tenías un poco olvidados o para los que no tienes suficiente tiempo o energía en otro momento.

Mi balance es totalmente positivo. He disfrutado, descansado, visitado nuevos lugares, visto amaneceres y atardeceres e incluso, como ya os decía en mis deberes previos a las vacaciones, pedido deseos a alguna que otra estrella. 😉

Algunas conclusiones a las que he llegado gracias a estos días:

Las cosas  pasan. Y pasan aunque no seas consciente de ello. A veces no vemos oportunidades porque no estamos en las condiciones más propicias para verlas. Es como las estrellas fugaces, tan numerosas durante las lágrimas de San Lorenzo. Están ahí y son muy numerosas pero no puedes verlas desde cualquier lugar, has de buscar las condiciones adecuadas para disfrutarlas en todo su explendor. Busca un lugar oscuro y tranquilo, sin luminosidad artificial, sólo a sí podrás ser consciente de este fenómeno. Que no veas algo no significa que no exista. Busca tu oportunidad, puede que la tengas delante y todavía no la hayas visto, simplemente puede tratarse de que no estás en el lugar o con las condiciones adecuadas.

No juzgues tu vida o la de otros sólo por las apariencias, debajo de ti puede que estén ocurriendo muchas más cosas de las que imaginas. La idea que te da una primera impresión puede ser errónea. Al hacer snorkel, desde fuera, parece que el mar no te va a ofrecer apenas nada nuevo. Poca agua, apenas profundidad, te ajustas tus gafas y el tubo y te asomas debajo de ti. Justo en ese momento descubres un mundo nuevo, de colores, de peces, de vida… un mundo que no detectabas desde fuera, que te pasaba desapercibido.Mar en el Cabo de Gata. Foto de Laura Mateo,

Ajústate bien las gafas y el tubo, toma aire, asegúrate que puedes respirar ahí abajo e intenta ver las cosas que no detectas y que están. Las tienes muy cerca, y pueden llenar de color tu vida. No te empeñes en descartar lo que puedes tener alrededor solo porque no lo veas a primera vista. 

Y, por supuesto, no juzgues a los demás porque no vean los peces, las algas, el color. Todavía no tienen tubo o no saben cómo utilizarlo. Estoy cansada de personas que juzgan sin conocer circunstancias. Lo que para ti es una realidad, para otro quizá no lo sea. A veces me pregunto por qué personas actúan de una determinada forma, ¿quizá están viendo una realidad tan distinta a la mía?

Me gusta mucho esta frase que dice:

zapatos

Y recuerda que todos los días amanece aunque no lo veas. Y que puedes verlo si te levantas un poco antes o cambias algo en tu vida. Ten en cuenta que siempre pasan cosas aunque no seas consciente de ello y de que hay muchas vidas que transcurren simultáneamente, muchas vidas que no saben de tu existencia, aunque creas que eres lo más importante o que las cosas ocurren Amanecer en Los Escullos, Cabo de Gata. Foto de Laura Mateo. porque las provocas en cierto modo. Atrévete a conocer a más personas y conocer un poco más de su propio mundo, atrévete a ver otros puntos de vista y otras vidas, invisibles para unos ojos que no saben verlas. Atrévete a hacer cosas nuevas, introducir cambios en tu vida y ver qué ocurre.

Y disfruta lo que haces, aunque se hayan acabado (o no) las vacaciones.

😉

Después de permitirme estas «licencias» de post más «veraniegos» volveremos a temas más técnicos y un poco más serios, ¿no?

Antes, os dejo este vídeo que he conocido gracias a Fátima Martínez, ¿qué harías en tu vida si el dinero no importara?

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