Ya he escrito previamente en mi blog sobre autoconocimiento. Aunque muchas personas puedan pensar que no es tan importante conocerse a uno mismo, creo que es algo fundamental para enfrentarnos a cualquier objetivo o iniciar cualquier acción en nuestra vida.
Cuando imparto formación sobre Búsqueda de empleo siempre dedico una parte del tiempo invertido en el curso a hablar sobre el establecimiento de la estrategia y los objetivos. Es importante pensar qué queremos conseguir, no sólo establecer de forma genérica que queremos lograr un trabajo. Saber a qué queremos dedicarnos, cuáles son nuestros puntos fuertes y los no tan fuertes, qué empresas son a las que queremos optar, qué contactos son importantes para nuestra estrategia, qué posibilidades tenemos de ganar visibilidad y lograr los objetivos, son pasos importantísimos que hemos de plantearnos para lograr el éxito en lo que deseamos lograr.
En este sentido el autoconocimiento sigue ocupando un lugar destacado ya que, si no nos conocemos y sabemos qué objetivos tenemos personal y profesionalmente, difícilmente acabaremos alcanzándolos.
Una herramienta muy sencilla que me gusta trabajar y que ofrece mucha información (y sobre todo hace reflexionar a quién la utiliza sobre sus áreas de mejora) es la rueda de la vida.
Esta herramienta se basa en valorar del 1 al 10 diferentes habilidades según lo que consideremos que dominamos esa aptitud en concreto.
Una vez valoradas, deberemos unir con líneas las diferentes puntuaciones.
La interpretación de los resultados de la rueda es sencilla, cuanto más equilibrada nos aparezca dicha rueda, más equilibrada será nuestra vida (profesional, en este caso). Como en una rueda normal, si esta no tiene un aspecto muy circular, sufriremos bloqueos y nos costará mucho avanzar. Esta metáfora se aplica al dibujo resultante en el ejercicio, si nuestra rueda está «dentada» porque nos hemos autoevaluado de forma muy baja en algún aspecto, difícilmente podremos avanzar en nuestros objetivos. Párate a pensar si la rueda que ha resultado de tu evaluación echaría a andar si la intentases girar. ¿Crees que giraría y avanzaría sin problemas si lo hicieses?
¿Qué podemos hacer?
Reflexionar y trabajar en esas habilidades que necesitamos reforzar para seguir avanzando profesionalmente.
La rueda de la vida nos da muchas posibilidades y que podemos medir diferentes variables, indicando las mismas en cada uno de los puntos reflejados en el ejercicio. Otra opción es valorarnos a nosotros mismos y que también nos valoren otras personas en esas mismas habilidades, para ver posibles diferencias entre como nos valoramos a nosotros mismos y como nos valoran otras personas. De esta forma podemos detectar distorsiones e intentar comprender por qué están apareciendo.
Sin duda, una herramienta sencilla y potente para conocernos un poco más y reflexionar sobre nuestras habilidades «mejorables».
Te invito a hacer el ejercicio y valorar el resultado. Recuerda que puedes valorar tantas habilidades o aspectos como desees y, por supuesto, trabajar en ellos para mejorar.
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